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Sonreír cada día te ayuda a vivir con más alegría

“He visto a menudo un gato sin sonrisa, pero no una sonrisa sin gato. ¡Es la cosa más curiosa que he visto en mi vida!» Alicia en el país de las maravillas acerca del gato de Cheshire.

Últimamente he estado leyendo bastante acerca de los beneficios de sonreír y esta frase de Alicia me ha inspirado una imagen loca y maravillosa al mismo tiempo: llevar siempre conmigo una sonrisa preparada para colocarla en mi rostro en cualquier momento y ante cualquier situación. ¿Por qué? Pues porque he descubierto que esbozar una sonrisa puede ser lo más terapéutico para el bienestar, el buen humor y la salud física, mental, emocional… ¡y social! Sí, has leído bien, beneficios en cuanto a las relaciones sociales; sonreír te beneficia a ti pero también a quien tienes delante y no me negarás que siempre es más agradable tener enfrente a una persona de sonrisa fácil que a alguien con el ceño fruncido las 24 horas del día. 😉

Como ya debes imaginar, esto no es algo que yo me he sacado de la manga, no, esto lo atestiguan los diversos estudios realizados al respecto en diferentes universidades durante los últimos años y de los que hablaré un poco más adelante.

Pero primero, ¿qué es sonreír?

Según el diccionario de la Real Academia Española, sonreír es “reírse un poco o levemente, y sin ruido”. Pero si le lanzamos la pregunta a cualquier persona es probable que nos responda algo parecido a “sonreír es lo que hacemos con la cara al elevar las comisuras de los labios y los pómulos”. Bueno, eso sería un tipo de sonrisa, sí, pero ¿cuál o cómo es la verdadera sonrisa?

Para hablar de sonrisa verdadera, científicamente hay que remitirse a la ‘sonrisa de Duchenne’, que se conoce con este nombre porque el médico e investigador francés Guillaume Duchenne, en el siglo XIX, fue el primero en enumerar qué músculos se contraen en una verdadera sonrisa: son los cigomáticos mayor y menor, que elevan las comisuras de los labios, y los orbiculares, responsables de elevar los pómulos y dibujar esas famosas arrugas alrededor de los ojos, las patas de gallo, para entendernos. Y él hacía así la diferenciación con la falsa sonrisa en la que, simplemente, se elevan los extremos de los labios, pero sin involucrar ninguna otra parte de la cara.

¿Todas las sonrisas son iguales?

Hay muchos tipos de sonrisas y no todas son iguales, claro. Tenemos la sonrisa verdadera, la falsa sonrisa, la escéptica o de duda, la sarcástica, la de miedo, la sonrisa nerviosa, … Y te preguntarás, si quiero sentirme mejor, ¿cómo tengo que sonreír? ¿He de hacerlo con ganas o si fuerzo la sonrisa también sirve? 🤔

De entrada, descarta las sonrisas maliciosas, de burla o las escépticas, por supuesto, pero para responder a lo de si sirve forzar la sonrisa voy a remitirme a un estudio que realizaron en el año 2012, en la Universidad de Kansas, las psicólogas Tara L. Kraft y Sarah D. Pressman, con el que querían analizar cómo podían influir las expresiones faciales manipuladas en la respuesta ante una situación de estrés. Reunieron a 170 participantes y los dividieron en grupos; todos ellos tenían que llevar a cabo dos tareas estresantes mientras sostenían con la boca unos palillos chinos siguiendo unas instrucciones concretas que provocaban que su rostro mantuviera una expresión neutral, una expresión de sonrisa estándar o una sonrisa de Duchenne. Y además, en estos dos últimos grupos -los que iban a esbozar la sonrisa estándar y la de Duchenne-, a la mitad de los participantes en cada uno de los grupos se les pidió explícitamente que sonrieran mientras que a la otra mitad no se le dijo nada.
Pues bien, una vez todos con los palillos en sus bocas, tuvieron que realizar un par de tareas algo complicadas de habilidad que requerían un cierto grado de coordinación y concentración y se les midieron valores de frecuencia cardíaca y de disminución en el afecto positivo.

El estudio concluyó demostrando que los participantes que usaban cualquier tipo de sonrisa estaban menos estresados ​​durante las tareas que quienes mantuvieron expresiones faciales neutrales, pero además, los niveles de estrés todavía fueron más bajos para los participantes que mantuvieron sonrisas «genuinas» o de Duchenne. La conclusión de las autoras fue que existen beneficios reales tanto fisiológicos como psicológicos si, ante una situación estresante o desagradable, se mantienen expresiones faciales de carácter positivo, concretamente si se mantiene la sonrisa, tanto si es espontánea como si es forzada. Sonreír reduce el nivel de estrés de una persona.

Lo que una sonrisa puede hacer por ti

Hay muchos más estudios realizados en torno a los efectos que la sonrisa puede tener en nuestra vida y lo cierto es que puedes leer acerca de ello en numerosos artículos y entrevistas a psicólogos. Para ahorrarte trabajo te he querido hacer un resumen de los beneficios que puede aportarnos el aficionarnos a sonreír:

TE HACE SENTIR MEJOR A TI

Dibujar una sonrisa en tu rostro pone en marcha una serie de músculos que envían un mensaje muy claro a nuestro cerebro que, de manera inmediata, interpreta ese gesto facial como un sentimiento de felicidad y estimula la liberación de endorfinas, dopamina y serotonina que, como ya hemos dicho en otros artículos, son químicos que estimulan zonas del cerebro donde se generan emociones placenteras.
¿Quieres hacer el experimento? Mientras realizas una labor tediosa o complicada o, en una palabra, estresante, prueba a hacer el siguiente ejercicio: con la boca abierta, sujeta con los dientes un palillo chino, un lápiz o un bolígrafo colocado de lado a lado, en horizontal, intentando no tocarlo con los labios de manera que te fuerce a tener la boca formando una sonrisa. Mantenlo así durante al menos 5 minutos o mientras estás realizando la tarea ‘estresante’ y observa cómo te sientes tanto durante como después de acabarla.

HACE SENTIR MEJOR A LOS DEMÁS

Relacionarse con una persona que sonríe es mucho más fácil y agradable que con alguien de mal gesto. Además, quien sonríe refuerza su autoconfianza y puede interactuar mejor con los demás, de manera más genuina y amable, incluso eliminando tensiones cuando las haya, y todo ello revierte en relaciones sociales sanas y placenteras.

Y si la sonrisa la recibimos de alguien importante para nosotros, el estímulo que supone es muchísimo mayor, provocando un cambio en la química cerebral que nos lleva a recordar inconscientemente sucesos felices de nuestra vida y a sentirnos más optimistas, positivos y motivados. Usa este recurso tantas veces como puedas y, especialmente, con tus hijos, pareja, padres, amig@s, compañer@s…

GENERA CONFIANZA

Por todo lo que habéis leído antes y lo que ya podéis imaginar. Solo añadiré una pregunta para que te la respondas tú directamente: imagínate entrando a una oficina y dirigiéndote a la persona que está en el mostrador, puede ser en el banco, o cuando vas a hacer un trámite en la Administración, o en la recepción del dentista, por ejemplo, ¿cómo te sientes si la persona se dirige a ti con su mejor sonrisa? ¿y si te atiende con cara de pocos amigos? ¿Entiendes lo que quiero decir? 😉

NOS HACE MÁS ATRACTIVOS

Solo puedo sugerirte que te pongas delante del espejo ¡y notes tú mism@ la diferencia!

MEJORA TU SALUD

Al aumentar la segregación de serotonina, endorfinas y dopamina se produce sensación de bienestar y se reducen los niveles de estrés, lo que repercute en la salud de nuestro organismo, por supuesto, pero además, reír y sonreír se asocian también a una mejora ante problemas de hipertensión y cierta protección frente a posibles problemas cardiovasculares.

Después de leer todo esto, ¿no te entran ganas de ponerlo en práctica? ¿qué puedes perder con ello? Yo lo he probado y, mira, no digo que sea fácil, porque a veces las situaciones estresantes se las traen, pero insistiendo, insistiendo, se consigue y sí, funciona. ¡No esperes más y ponlo en práctica!

Ponte un Kiss Me cada día

Eso sí, ¡no te olvides de ponerle la guinda al pastel! Hablo de aportar color, brillo y suavidad a esa sonrisa con alguno de nuestros labiales. Ya sabes que son 12 en total (1 bálsamo + 11 tonos maravillosos), cada uno con su personalidad propia pero todos formulados con extracto de orquídea y aceite de algodón y creados para cuidar, proteger y reparar tu sonrisa.

Y en cuanto a los tonos, además del bálsamo -un básico imprescindible sin color, ideal también para matizar los tonos más potentes-, encontrarás dos traslúcidos que colorean con efecto transparente y nueve colores intensos con acabado semi-mate y de alto poder pigmentante. Son un lujo para tu sonrisa. ¡Descúbrelos aquí!

Inma Sebastía

Inma es periodista especializada en belleza y lifestyle, lleva más de 25 años en la profesión y, entre otras cosas, ha sido directora de la revista Woman, profesora de periodismo de moda y ha tenido su propio centro de terapias y belleza natural.

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